La
toalla que te seca, no es la dueña del agua que te refresca la
piel, ella es indivisible, aunque resbale gota a, gota por el cristal
de una ventana cuando llueve, si la recoge en un frasco y la deposita
en la playa, verás que es un inmenso océano,
El
mar. En el silencio de su interior guarda
muchos secretos,
también las miserias de
las guerras, como no
el dolor infranqueable
de las familias de los marineros.
EL MAR
El
mar riza sus olas,
besan la playa y se aleja,
la
profundidad es su silencio, es también
donde
duermen los sueños, las guerras.
Si
un día hace vida loca
aprieta
tus olas contra las rocas,
más
tarde te dejas peínar por la brisa
al
Sol le dedicas una sonrisa.
Dueño
del mundo y la luna
te
deja besar por la bruma,
en
un sin fin de oquedades
de
la costa cuando quiere entra y sale.
Mar,
rey del sueño mío,
lo
vivo desde el horizonte al litoral
cuando
quiero ver tu inmensidad
subo
al monte,
en
ellos vive la grandeza de los ríos
que
generoso te regalan su caudal.
El
barco surca tu faz
en
rumbo trazado y fijo
hunde
su quilla en tú sal,
con
el vaivén de tus olas
hace
su compás cansino.
A. Garrido Sama