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EL OLIVAR
Sobre la tierra roja,
encendida,
a veces negra o albarizo
da igual, el olivar.
Olivos: de formas
desiguales,
con sus frutos todos
iguales,
aguerrido en una tierra
que es suya,
sobre sus plantas
sombras tan dispares.
Salpicas las tierras de
mi Andalucía,
en un inmenso mar verde
serpenteas,
por lomas, entre montes,
por estribaciones de
sierras,
cobijas mochuelos,
liebres, perdices
y otros muchos animales e
insectos
que hacen de ti, sus
habitas perfectas.
Pequeños frutos ovales
prestos a adornar tus
cúpulas.
Tesoro de esta tierra
mía.
Apretados el uno contra
el otro
hacéis nacer el oro
verde.
Por el suspiró la
historia
pasada, la más reciente,
y, de un interminable
futuro.
Te pasearon,
a lomos de mulas y asnos,
sentiste el crujir,
ruedas de carros y
carretas,
más tarde te
acostumbraste
al rugir de los motores.
Has viajado en tren,
en barcos, incluso en
aviones,
solo te queda viajar a la
luna,
aunque ella siempre
estuvo contigo
en tus noches de
terciopelo.
Antonio Garrido Sama
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