La
mitología guarda una relación muy estrecha con la la poesía, la
dos viven en los más alto, de cuando en cuando bajan a la tierra y
la besan, siempre en sintonía estrechando las manos, recogiendo
belleza y regalando aroma de versos, el perfume simbiótico de la
gratuidad, todo tan hermoso y natural, hasta que el ser humano bajó
del árbol y pasó de bosquimano a cavernícola ¿se auto expulsó
del paraíso? construyendo senderos al pisar el suelo, de esta forma
comenzó a dividir las virginales pradera, al perder el romanticismo
de vivir de la naturaleza todo se transmuta, se mercantilizar la
tierra quedando carente de poesía, fundamentado en esta parte del
camino es tuya, esta otra es mía, el fin no justifica la mediocridad
subyacente sin límite, se desmembró lo real -la naturaleza- el
detrimento de lo irracional -la ambición-, poseedor el macho de algo
que evidentemente es de nadie, la tierra, se acaudilla creando su
reino, la hembra queda relegada a consorte, sumisa cautiva su poesía
dentro de ella, esperando una luz, que tardó millones de años en
llegar -el surrealismo- para descubrir la flor que cultiva en su
interior, renace el olimpo convertido en metáfora y reina la
belleza, la que el hombre no pudo destruir porque depende de ella.
La
mujer puede ser interesante, hermosa, bella,
en
su interior guarda toda su riqueza.
La mujer en la pubertad
se
mira,
¿que
parte de mi cuerpo
le
puede gustar a un hombre?
Ya
la pubertad pasada
se
observa,
¿de
mi cuerpo que parte
a
los hombres no les gusta?
Más
cuando mira despacio
en
su interior,
es
cuando encuentra para sí
del
todo, su verdadero valor.
Pobre
del hombre que no sabe observar, de lo natural
su
belleza.
Cuando
el silencio de tus besos,
lleven
a mis labios
el
calor dulce de te quiero.
Sonará
en el pecho del que escribe,
la
alegre campana de te amo.
¿Nacemos
oh, a base de preguntarnos nos convertimos
en
poetas?
¿Que
te puedo decir
para
que te sientas
como
el dulce sabor de una poesía?
Mejor,
lo puedo escribir,
para
que no se pierda
en
esta débil memoria mía.
A.
Garrido Sama
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